lunes, 12 de noviembre de 2007

Entrevista a María Fidalgo



Si alguno de vosotros ha leído algo sobre Abelardo Miguel, seguramente sea gracias al tesón y al empeño de esta ferrolana. María trasladó al injustamente olvidado pintor eumés de los recuerdos de su infancia a la Gran Enciclopedia Gallega, a la revista Cátedra, a la Wikipedia y, cómo no, a Arte de Galicia. Hoy tuve el placer de charlar con ella sobre su trabajo:

Hola María, gracias por acercar la figura de Abelardo Miguel a Arte de Galicia.

Gracias a vosotros por vuestro apoyo y enhorabuena por Arte de Galicia.

Cuéntanos el principio, ¿cuál fue la semillita de este trabajo sobre Abelardo Miguel?

El origen no puedo centrarlo en un hecho concreto. Nací viendo los cuadros de Abelardo. Entre mis recuerdos infantiles está el visitar a menudo su taller de pintura, los olores, sus mariñeiros... Mi padre, Manuel Luis Fidalgo y el pintor eran grandes amigos desde la infancia. Y mi padre desde niño fue el primer admirador de su talento y su principal impulsor. Ahora, revisando prensa de la época, me encontré con que a mi padre le llamaban el embajador de Abelardo en el mundo del arte porque siempre le estaba animando a exponer y salir. Es muy sintomático que desde que muere mi padre en 1971, Abelardo prácticamente deja de exponer y se centra definitivamente en su estudio de Pontedeume. Evidentemente, en cierta manera recojo la antorcha de mi padre, más de un cuarto de siglo después.

Todos tenemos ideas y proyectos, pero la gran mayoría se quedan sólo en eso, en ideas ¿Cuál fue el detonante que hizo que lo pusieras en marcha?

El detonante fue la constatación del ostracismo que estaba sufriendo Abelardo Miguel en todos los estudios y publicaciones sobre historia de la pintura gallega, en los que ni se le citaba; y la negativa de todos los catedráticos a los que consulté a dirigirme la tesis sobre el pintor, con el argumento de que era completamente un desconocido.

A veces parece que los efluvios de la esencia de trementina le suben los humos a los artistas ¿Cómo era Miguel Abelardo como persona?

Aunque conocí a Abelardo desde niña al morir mi padre, pierdo el contacto. Pero mi impresión infantil se ha corroborado en los estudios sobre su vida y los testimonios de todos los que lo conocieron. Era una persona muy llana y accesible, no conocía la vanidad ni la ambición, tan propias de otros pintores. Se sentía plenamente reconocido por el público que adquiría sus obras y soportó con dignidad y nobleza los ninguneos de pintores contemporáneos que lo tachaban de pintor de oficio.

Imagino que no es fácil pero ¿qué destacarías de Abelardo Miguel como artista?

La arrebatadora personalidad de su estilo; entendiendo como estilo una identidad irrepetible (un Abelardo se reconoce entre mil), la profundidad de sus raíces gallegas y la fidelidad a una concepción pictórica.

¿Y de su obra?

Fue un hombre enormemente prolífico. Llegó a pintar más de mil obras; las cotas de calidad en sus lienzos es elevadísima; y sus iconografías son personalísimas. Abelardo es sobre todo un gran creador.

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1 comentarios:

Eumes dijo...

Noraboa pola entrevista.