domingo, 10 de enero de 2010

Un total de167 bienes culturales constituyen el patrimonio eumés

Una alameda, más de una docena de cruceros y hasta un total de nueve mámoas son algunos de los cerca de 170 bienes patrimoniales protegidos y vinculados al Concello de Pontedeume. El dato se hace público con motivo de la elaboración del Plan General de Ordenación Municipal.

En el último mes la población de Pontedeume está inmersa en el proceso de consulta pública del que podría convertirse en el primer Plan General de Ordenación Municipal de la villa, un proyecto que estos días se encuentra en fase de exposición y con el que han salido a la luz los 167 bienes culturales recogidos en el correspondiente catálogo municipal.

Agrupados en 26 epígrafes distintos se detallan el conjunto de bienes patrimoniales que tutelados por la administración local son, en algunos casos, propiedad de particulares pero, en su mayoría, herencia de todos los eumeses. Hasta un total de 52 construcciones se recogen en el apartado de arquitectura civil.

Al margen de propiedades tan conocidas como pueden ser el chalé Rosa o el propio edificio del Concello surgen otras que, cuando menos, pueden haber pasado más desapercibidas. En este sentido, cabe citar el pazo de los Azpiricueta, las casas rectorales de Ombre y Nogueirosa, la estación de ferrocarril y las más de 25 construcciones, entre viviendas y edificios, que a lo largo de las calles Peixería, Real y Empedrado siguen fieles a la arquitectura que ha hecho del centro urbano de la villa uno de los conjuntos medievales mejor conservados de cuantos existen en Galicia.

Los jardines de la torre de los Andrade reciben la denominación de alameda y, como tal, se recogen en un inventario, del que también forma parte el yacimiento romano de Sopazos y la villa, también de la misma procedencia, que se localizada en la parroquia de Centroña.

Pero antes del yacimiento y de la villa en el territorio eumés ya había quedado constancia del paso de otras civilizaciones, como la que dio lugar a la construcción de los castros que todavía hoy se identifican como los de Nogueirosa, Ínsuas, Chao, Aurela, Centroña o Andrade, así como la que levantó las mámoas de Campo Carreira, Seixas y Pena Grande y los túmulos de Os Carballós y Os Lombiños.

Más recientemente se sitúan otras riquezas patrimoniales que, aunque no tan meritorias por la proximidad de su construcción, son de similar importancia por cuanto evidencian un pasado que han condicionado la manera de ser de un pueblo.

Dentro de este apartado tanto pueden ser incluidos los molinos de A Graña, Cabría, Faiado, O Ameneiral, Esteiro, entre otros, como la ferretería de A Fraga, el puente del ferrocarril y el viaducto de Centroña. Mención especial merece dentro de este relatorio de bienes municipales la arquitectura religiosa. Así, además de la iglesia parroquial dedicada a la figura de Santiago el Mayor, en el listado de obras patrimoniales de Pontedeume se enumeran hasta un total de nueve iglesias y un convento, este último reconvertido en centro cultural. Los templos que figuran en el informe son el de Santa María de la O, la capilla del Carmen, la ermita de Breamo, la iglesia de As Virtudes y los conjuntos parroquiales de Santiago de Boebre, Santa María de Centroña, San Pedro de Vilar y San Martiño de Andrade.

A los Andrade también están vinculados el castillo de Nogueirosa y el torreón que junto al mercado municipal y al edificio de la antigua cárcel componen una de las imágenes más características y representativas del perfil de la villa desde el puente de piedra. El oso y el jabalí de piedra que se localizan a un lado y al otro de la carretera Nacional 651, a su paso por Pontedeume, tienen la misma procedencia y, seguramente, también habrá estado presente en alguno de la docena larga de cruceiros que todavía hoy son representativos de lugares como Centroña, Vizús, Campolongo, Ombre, Virtudes o Cabido.

Para finalizar, cabe recordar que tanto el puerto de la villa como los galpones de Raxoi situados en dicha área también están incluidos en el catálogo de bienes culturales, en el que figuran asimismo los petrogrifos de Regueira y Chousa do Conde.

Diario de Ferrol

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